
Resum:
Los arquitectos han sido históricamente sus propios jefes de proyecto, pero los cambios de nuestra profesión, la especialización profesional y los equipos de trabajo multidisciplinares se abren camino en nuestro entorno más próximo.
Hacer realidad un proyecto no es una tarea unipersonal sino que implica a muchos actores. Y además no es sólo diseño, sino también técnica y orden; mentalidad creativa y matemática (el conocido diálogo entre forma y función). En definitiva, y a veces sin ser conscientes de ello, poner en práctica todas las herramientas básicas para ser un buen Project Manager (PM)
Ejercemos habitualmente de directores de proyecto de nuestras propias creaciones? Entonces ¿por qué no gestionar los proyectos de terceros y ser los directores de orquesta de grandes creaciones de otros autores?.¿Por qué en nuestro entorno cuesta valorar la capacidad del arquitecto para asumir ese rol? ¿Por qué no se aprecia adecuadamente la importancia de esa figura como parte del equipo de proyecto?
Es importante, como arquitectos y como profesionales de la gestión de proyectos, que divulguemos la importancia de una planificación y gestión integral de los mismos, nuestros o no, para alcanzar el éxito. La edificación (proyecto/construcción) necesita que la figura del PM sea, cada día más, algo tan frecuente de ver en los equipos de trabajo como un casco o un coordinador de seguridad, figura que hace años era extraña, pero al final se ha transformado en parte inseparable de nuestra profesión. Trabajemos con ilusión para que el arquitecto PM sea una de ellas.